Es un juego muy bueno para trabajar la clasificación por colores y también la motricidad fina. La edad más adecuada son los 3 años, al menos por lo que he podido comprobar en el aula y por lo que mis compañeras de 4 años me han dicho... Lo hacen muy rápido y se aburren un poco, sobre todo si es un juego que conocen con anterioridad.
Veréis que es un juego muy fácil de hacer.
Primero tenemos que comprar los pompones para así poder saber de qué colores disponemos para el juego. Los venden mezclados en bolsas y también por separado.
Yo compré una bolsa donde vienen de distintos colores y tamaños. En casa los he metido en una bolsa de plástico transparente; en el Colegio los tengo metidos en una caja, también transparente.
He usado una huevera de cartón grande como base, la cual he pintado con los colores de los pompones de manera aleatoria y sin seguir un criterio fijo.
Con una pinza, de las que se usan para los hielos, cogeremos los pompones para ponernos en su lugar correspondiente de la huevera.
Yo les dejo que sean ellos quienes descubran y exploren con el juego.
Pero la verdad es que desde el primer momento supieron lo que tenían que hacer.
En casa, además, tengo otra modalidad de juego. He añadido otra huevera más pequeña.
Mi hija fue la que decidió que la usaría para poner aquellos pompones que no podía poner en la huevera de colores. Así que, así es como ella juega cuando le apetece.
¡¡Animaros a hacerlo vosotros también!!
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